Todavía
hay en nuestra sociedad muestras de ciudadanía responsable, que a través de una
asociación, en este caso la Asociación de Amigos Caninos de Alhaurín de la
Torre, con su comportamiento constituyen un ejemplo de civismo, fomentando la
convivencia de los vecinos con la población canina.
Hoy,
domingo día 15 a las 09:30, varios miembros de dicha asociación, se congregaban
en el Monumento a Juan Pablo II en Huerta Alta, acompañados de sus mascotas,
bolsas en la mano, folletos informativos
y buenos argumentos para convencer, a otros propietarios de perros como ellos,
de que la no recogida de los excrementos de sus canes, además de estar
castigado por ley con multas, constituye
una imagen social negativa, que además de afectar al propietario,
también generan un rechazo hacia el
perro, que lógicamente no es responsable de la actitud incívica de su
propietario.
Alhaurín
Social quiso acompañarlos en su recorrido por varias calles de la zona, disfrutando
del ambiente familiar entre los miembros de la asociación, y comprobando las
reacciones de los que a nuestro paso nos íbamos encontrando, la mayoría
sorprendidos y muchos felicitando la iniciativa. Se han repartido folletos en
mano y en buzones, y sobre todo sorprende la cantidad de heces recogidas en los
jardines, especialmente en la zona de Jardines de Alhaurín, donde pudimos hablar con dos
operarios de la limpieza que nos informaron que nuestro Ayuntamiento reparte
semanalmente un total de 20 kilos de bolsas, a razón de un kilo por cada dispensador,
si bien hay ocasiones en que vuelven poco tiempo después de colocarlas y se las
han llevado, al ser transparentes hay quien las utiliza para congelación o para
introducir comida, en este sentido, aparte de la actitud deplorable del que
roba esas bolsas, advierten del peligro de usarlas para otras finalidades, ya
que se trata de bolsas no aptas para uso alimentario y que en su composición contienen
elementos químicos nocivos.
Una
sociedad de contrastes la nuestra; por un lado, unos ciudadanos que no cumplen
con sus obligaciones de recoger las heces de sus perros, unos ciudadanos que roban
las bolsas para facilitar la recogida de las heces, y por otro, unos ciudadanos
que sacrifican su descanso un domingo por la mañana, para demostrarles a sus
vecinos la forma correcta de actuar.
Hoy
soy un poco más consciente de la necesidad de hacer buenas campañas de
concienciación ciudadana, de la necesidad de que entendamos algo tan simple
como que los espacios públicos son de todos y aprendamos a respetarlos, de la
necesidad de la creación de Parques Caninos, y sobre todo de que es perentorio
contar en nuestra sociedad con más ciudadanos ejemplares como los miembros de
la Asociación de Amigos Caninos de Alhaurín de la Torre.
Quiero
creer que este sea un paso para que llegue el día en que este tipo de campañas
no sean necesarias, mientras tanto sólo nos queda agradecer el esfuerzo de este
colectivo.
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