Tareas de reposición en escaleras y jardineras. |
El
recinto ferial desde hace unos días presenta un nuevo aspecto; es una imagen
dinámica, la de caravanas, de nuevos vecinos eventuales que instalan las
atracciones de la misma rutinaria forma en que en pocos días las devolverán a
su estado primigenio , de montajes eléctricos de alegres guirnaldas que durante
unos días llenarán de luz y color el que días antes era un abandonado e
inhóspito recinto, de operarios municipales que a ritmo acelerado y sin horario
se afanan en el embellecimiento del paseo y portada de las casetas.
Es el augurio de días venideros, días de convivencia entre vecinos, de movimiento económico para empresas y colectivos, de reunión de familias y amigos, de inicio de las vacaciones escolares, se acerca uno de los acontecimientos sociales más importantes de Alhaurín de la Torre, las Fiestas en Honor a San Juan.
Pero no todos los vecinos miran con los mismos ojos la feria, para los vecinos de EL Reloj, El Cordobés y calles aledañas la feria representa la dificultad de conciliar su derecho al descanso, con la feria, con sus actividades laborales, además de renunciar a acceder o aparcar en sus calles.
Tanto sacrificio impuesto no se ve compensado el resto del año con la posibilidad de disfrutar de un espacio urbano amplio y con potencial capacidad para dar servicio. Pasará la feria y el abandono se volverá a apoderar del recinto ferial, se acabará la alegría, el colorido, los sedientos adornos florales se tornarán, adiós al ¿espejismo?, volverán nuestros hijos a jugar entre la suciedad de unas papeleras inexistentes o destrozadas, nuevamente nos disputaremos los pocos bancos que a lo largo del año van desapareciendo paulatinamente.
Y volviendo a poner nuestros ojos en ese recinto, nos preguntamos ¿cuanto durará el arreglo que en estos días y a toda prisa se esta llevando a cabo?, nos preguntamos ¿no habría sido más rentable y más práctico para los vecinos haber mantenido lo que se hizo ya el año anterior?,
Aun resignados ante el infernal ruido generado por la feria y aun aceptándolo, es difícil entender que la Caseta de la Juventud mantenga el mismo nivel de sonido antes y después del cierre de las atracciones, es difícil entender que no haya vigilancia en las calles aledañas a la feria y campen a sus anchas aquellos que por su lamentable estado y las actividades que realizan ya no tienen cabida en la feria, es muy duro levantarse por la mañana después de no haber dormido, y encontrarte que la puerta de tu casa ha servido de improvisado urinario, caminar entre vasos de plástico, papelitos higiénicos varios y regúrgitos, como muestra de lo acontecido la noche anterior.
Y ya por último solo nos queda mirar al cielo y esperar que de éste no llegue un cohete incendiario a nuestras azoteas, procedente de los fuegos artificiales lanzados desde escasos metros de nuestras viviendas, y como ya pasó en una feria pasada nos prenda la ropa tendida, los vecinos ya sabemos cuales son nuestros deberes y tomamos precauciones todos los años retirando nuestros enseres, ahora a otros les quedan por hacer un año más sus deberes, seguiremos viendo y contándolo.
Es el augurio de días venideros, días de convivencia entre vecinos, de movimiento económico para empresas y colectivos, de reunión de familias y amigos, de inicio de las vacaciones escolares, se acerca uno de los acontecimientos sociales más importantes de Alhaurín de la Torre, las Fiestas en Honor a San Juan.
Pero no todos los vecinos miran con los mismos ojos la feria, para los vecinos de EL Reloj, El Cordobés y calles aledañas la feria representa la dificultad de conciliar su derecho al descanso, con la feria, con sus actividades laborales, además de renunciar a acceder o aparcar en sus calles.
Tanto sacrificio impuesto no se ve compensado el resto del año con la posibilidad de disfrutar de un espacio urbano amplio y con potencial capacidad para dar servicio. Pasará la feria y el abandono se volverá a apoderar del recinto ferial, se acabará la alegría, el colorido, los sedientos adornos florales se tornarán, adiós al ¿espejismo?, volverán nuestros hijos a jugar entre la suciedad de unas papeleras inexistentes o destrozadas, nuevamente nos disputaremos los pocos bancos que a lo largo del año van desapareciendo paulatinamente.
Y volviendo a poner nuestros ojos en ese recinto, nos preguntamos ¿cuanto durará el arreglo que en estos días y a toda prisa se esta llevando a cabo?, nos preguntamos ¿no habría sido más rentable y más práctico para los vecinos haber mantenido lo que se hizo ya el año anterior?,
Aun resignados ante el infernal ruido generado por la feria y aun aceptándolo, es difícil entender que la Caseta de la Juventud mantenga el mismo nivel de sonido antes y después del cierre de las atracciones, es difícil entender que no haya vigilancia en las calles aledañas a la feria y campen a sus anchas aquellos que por su lamentable estado y las actividades que realizan ya no tienen cabida en la feria, es muy duro levantarse por la mañana después de no haber dormido, y encontrarte que la puerta de tu casa ha servido de improvisado urinario, caminar entre vasos de plástico, papelitos higiénicos varios y regúrgitos, como muestra de lo acontecido la noche anterior.
Y ya por último solo nos queda mirar al cielo y esperar que de éste no llegue un cohete incendiario a nuestras azoteas, procedente de los fuegos artificiales lanzados desde escasos metros de nuestras viviendas, y como ya pasó en una feria pasada nos prenda la ropa tendida, los vecinos ya sabemos cuales son nuestros deberes y tomamos precauciones todos los años retirando nuestros enseres, ahora a otros les quedan por hacer un año más sus deberes, seguiremos viendo y contándolo.
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